Suele decirse que no hay peor astilla que la del mismo palo. Esto es precisamente lo que está ocurriendo en el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec). Se trata de un organismo oficial de la Iglesia de carácter nacional, que representa a la educación católica argentina organizada en Juntas Diocesanas, que de forma permanente y sistemática está desoyendo las palabras del Papa Francisco y de la Conferencia Episcopal, que vienen advirtiendo sobre las consecuencias que tiene la inflación para los asalariados y el pueblo trabajador.
Según denuncian desde el Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y la Educación (Soeme), cuyo titular es Marcelo Balcedo, el Consudec se está negando a firmar un acuerdo paritario que contempla un nuevo régimen laboral para los afiliados de ese gremio, para que pase de 48 a 45 horas semanales. Y modificaciones en el régimen de antigüedad.
Además, ya caducó la ultima paritaria, firmada en noviembre, y los
representantes de los colegios católicos no implementaron ningún pago a cuenta
a la espera de que se resuelva la próxima paritaria, “causándole un severo daño
a los trabajadores, cuyo poder adquisitivo se resintió sensiblemente con la
devaluación de enero y una inflación que ubica cerca del 40% anual”, dicen
desde Soeme
“Hay colegios privados laicos que ya están dando pagos a cuenta a sus trabajadores,
y el Conseduc se niega. Se comprometieron a firmar el acuerdo paritario y están
incumpliendo su palabra, siendo de una gravedad absoluta ya que estamos
hablando de representantes de la Iglesia en nuestro país”, dijo Balcedo.
El dirigente gremial advirtió: “si este conflicto no se soluciona, los
trabajadores de la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada de la
Provincia de Buenos Aires se van a solidarizar con sus compañeros de los
colegios y paralizarán el funcionamiento de esa dependencia. Esto implica
que los colegios no podrán recibir las subvenciones que le otorga el Estado
bonaerense. Las medidas de fuerzas pueden durar meses en caso de ser
necesario”.
Solamente, en la provincia de Buenos Aires, los colegios de gestión privada
reciben aproximadamente 5000 millones de pesos por año, en concepto de
subvenciones, dinero que se debería destinar a cumplir con las
obligaciones salariales de esos establecimientos educativos.
Balcedo remarcó que “actualmente nos encontramos en una situación donde los
afiliados a nuestro gremio tienen un régimen laboral distinto al de otro
sindicato, en una actitud discriminatoria que es un escándalo”.
El titular de Soeme también denunció que “en la Universidad Católica también se
están cometiendo serias irregularidades ya que a los trabajadores se los cambia
de régimen laboral de forma arbitraria y permanente, para pagarle menos”.